
El componente lúdico es fundamental en la clase de lengua extranjera, además, es una vía de escape a los problemas que aparecen día a día en el aula como son la falta de interés y de motivación, la dificultad de asimilar el léxico o entender la gramática.
La tarea docente no es fácil, el profesor es un mero guía del alumno y debe pensar en sus intereses, así también debe conseguir que el aprendizaje sea significativo. Durante siglos el juego ha sido utilizado por la humanidad y explotado como un recurso educativo, por ello los profesores deberían incorporarlo a la clase para aprovechar sus múltiples beneficios.
Por un lado, fomenta la creatividad ya que es un medio formativo y brinda un recurso para que el alumno participe en la comunicación real. Es un disparador fundamental para la clase y su valor proviene del alto potencial que tiene, ya que sirve para desarrollar todo tipos de habilidades (lingüísticas, gramaticales, léxicas).
Por otra parte, ayuda a crear ese vínculo afectivo tan importante entre docente y alumno. La emoción es un elemento unido a la vida, cuando los materiales y los procedimientos que empleamos en el aula consiguen conectar con el sujeto que aprende es porque aparece la sensación emocional de lo vivido; experiencia y emoción son un puente hacia el aprendizaje. El factor afectivo ayuda a la retención de la lengua meta y permite recuperarla cuando la situación comunicativa lo requiera.
El profesor de lenguas tiene la suerte de poder jugar con el lenguaje y este recurso le brinda muchas posibilidades: permite introducir temas, cerrar secuencias, repasar contenidos aprendidos, activar el componente cultural, afianzar el vocabulario. El uso de esta estrategia didáctica en el aula puede ser utilizada en cualquier momento y para cualquier nivel o edad (niños, adolescentes y adultos) pero el docente tiene que tener unos objetivos claros a la hora de utilizarlo. Es necesario ser consciente de su uso y evaluar en qué momento es apropiado, es decir, no se deben descuidar otras actividades o aspectos de la clase que son importantes. Siempre hay que ir con cuidado cuando se trata el error y aprovechar al máximo para aprender de él, porque si no todo el trabajo es en vano.
El docente de lenguas extranjeras debe ser discreto, hábil y observador a la hora de utilizar este recurso. A veces no hay muchos tipos de juegos específicos para la clase, pero se puede crear el material pertinente de acuerdo con las necesidades del momento, si bien esto implica dedicar más tiempo de preparación, pero la tarea dará sus frutos, y estoy segura de que, la satisfacción será grande al ver un aula con alumnos completamente motivados.
Sonia Maslovski, profesora de español, Berlitz Palma de Mallorca x